asistente de escritorio

He estado recibiendo un curso del Ayuntamiento de Madrid de Windows y Word básico ( y tan básico, el 2000). El curso no me ha reportado nada nuevo como era de esperar, sino todo lo contrario. He adquirido el título de profesor adjunto por los compañeros. El titular se ocupaba de los cuatro de delante de la clase y yo de los cuatro de atrás. La clase ha sido más llevadera para él, y para mi toda una experiencia. Os preguntaréis por qué he recibido este curso, ¿no?.
Pues porque me dan puntos y porque no hay forma de saltárselo, no hacen ningún tipo de prueba de aptitudes y de esta forma te lo acoplan, sepas algo o no.... Lo bueno de todo esto es la conexión que tienen en la escuela de formación, que es como la de casa, un cañón, y me ha servido para estar al día de vuestras bitácoras.
Los compañeros de clase apenas tenían conocimientos de informática y les ha costado bastante identificar cosas que para los que nos movemos por estos sitios son triviales, diferenciar entre escritorio y cualquier otra pantalla era un suplicio para ellos... la verdad es que es frustrante, tanto para ellos como para el profesor. Qué paciencia tiene el tío. Mi compañero de mesa, Enrique, acabó siendo tratado como mi padre, no dejaba de golpearme el brazo para pedir permiso si pinchaba aquí o allá, si un clik o dos, preguntando por qué había desaparecido todo si él no había tocado nada.... Me saca de quicio ese movimiento reflejo de algunas personas mayores, ese golpecito pidiendo atención. Las 50 primeras veces se aguantan, a partir de ahí me dan ganas de ahogarle. Se que va a pedirme el teléfono, para si algún día tiene un problema con el ordenador llamarme. Por supuesto se lo voy a dar, pero de la misma forma que no sabe donde guarda los documentos, no sabrá donde lo ha dejado. Al final le he cogido cariño. Este post está dedicado a Enrique y a todos los Enriques por su empeño.
Os dejo un vídeo que refleja fielmente la relación entre Enrique y yo. ¿Sabréis identificarnos?

Este finde nos llevaremos a mi sobri al cine y al teatro a ver un espectáculo de magia, dónde disfrutaré yo más que él seguro; y al cine, iremos a ver una peli de dibus, comer palomitas y esas cosas. Le dije a mi sobri que le llevaría a un bar a comer como los curritos, a comer de menú y beber vino con casera (él no, claro está, porque no le va la casera), y no puso ningún impedimento, aún existiendo la opción tan manida del Mac-Donals y demás. Veremos en qué acaba todo, pero se presenta un fin de semana divertido, sin duda.

Buen fin de semana a todos.

NUNCA MAIS