mi primera muerte...

Todo comenzó con aquella estúpida fiesta...
Acomodada, como estaba, como me gustaba estar, no me apetecía nada tener que volver a escuchar las mismas tonterías, los mismos comentarios elitistas de esos, que se creían y se hacían llamar "los mejores", simplemente por una cuestión de ventas.
El transcurso de los hechos fue como siempre. Íbamos casi todos en panda, como un conjunto, y luego nosotros mismos nos separábamos por personalidades. A veces entraba antes en escena, otras me tocaba esperar, pero siempre para luego volver sola... tan sola...
Lo que nunca cambiaba era esa sonrisita de los prepotentes, esa miradita de lado, ese saber, o eso creían, que iban a ser el centro de la fiesta. Siempre iban acompañadas con los mejores piropos, además de los licores más exquisitos. Otros tantos como yo, éramos la isla en aquel mar de la ignorancia. Pero si éramos ignorados, ¿por qué teníamos que acudir?. La verdad es que ahora daría cualquier cosa por estar en esas tediosas fiestas, en las que pasaba como la muchedumbre en las calles, como una entre la muchedumbre por las calles.
Ignorada, solitaria, como tantos...
Recuerdo el día que uno de mis amigos desapareció. Llevaba tanto tiempo conmigo que me había hecho a la idea de que estaría siempre ahí. Ya me habían comentado, que de vez en cuando, con el paso del tiempo, alguno desaparecía. Que cuando volvíamos a nuestra casa, faltaba alguien. Bueno, no era ningún problema, teníamos más espacio. Pero después de esa fiesta, yo tampoco volví.
¿La culpa?, la culpa fue de ese energúmeno, que me miró el culo.
Ya lo había hecho alguna vez, pero ésta fue la definitiva. Además, no solo me miró el culo, sino que dijo a voces la fecha de mi muerte, ¡¡¡4 de Mayo de 2008!!!, mi primera muerte.

Y aquí estoy ahora. Añorando aquellas aburridas fiestas, mientras me oxido en este contenedor amarillo, rodeada de las mismas sonrientes y pesadas latas de cola, algo más arrugadas, pero siempre sonrientes.
Triste final para una lata de tónica, con un toque de limón.



Recuerdos a Pitxi por sus alfabéticas fiestas, y al Limón mecánico, por parentesco.

NUNCA MAIS